Jugar a actuar para vivir

23 diciembre 2024 5 minutos
Redacción

Los jóvenes, adultos y adultos mayores que estén pensando en un verano distinto pueden agendar que habrá un taller de teatro, coordinado por el actor, director y dramaturgo Santiago Marcos. Con o sin experiencia actoral, quienes decidan participar se encontrarán desde enero a marzo para redescubrir la dinámica del juego, aplicado a contar historias con el cuerpo.

Tanto los que buscan un alivio a la opresión de tener que escribir la historia personal con letras de molde como lo que escapan a sabiendas de la experiencia de vivir en una libreta de hojas cuadriculadas, tendrán durante dos meses la posibilidad de dar rienda suelta al recurso liberador del juego que nos hace reír y encontrarnos, mientras tejemos alianzas con los otros.

Se trata de una propuesta de exploración y desarrollo de habilidades a partir del arte de actuar. Los encuentros serán en Maipú 422, dos veces a la semana, de enero a marzo. Los interesados pueden contactarse con el coordinador del taller, Santiago Marcos, a través de WhatsApp (343 4179998) o a su cuenta de Instagram (@santiago.marcos.autor).

Como se sabe, el juego estimula la imaginación y hace florecer la personalidad, muchas veces uniformada por la mirada intimidante de la corrección. Nos divierte y, al desarmarnos, nos reconstruye. Es un estimulante magnífico de la actividad cerebral, una excusa formidable para reír y una herramienta potente de integración con los demás.

El diálogo de Marcos con Tekoha permite tomar nota de que su idea es recuperar algo de la singularidad que los estereotipos y mandatos nos van puliendo, a partir de una serie de consignas sencillas y movilizantes.

La invitación es tentadora, sobre todo si aceptamos que teatrear es un verbo que se siente y se palpa, que se experimenta y se comunica, que nos ensimisma y proyecta, cuyo programa final podría consistir en crear una historia propia, única e irrepetible, con la seriedad, dedicación y pasión con que los niños juegan, asignan roles, imaginan situaciones y diálogos, crean personajes y los inscriben en historias reales o fantásticas.

A continuación, los fragmentos clave de la entrevista compartida con Santiago Marcos.

–¿Qué debe tener un taller – teatro que se desarrollará en verano?

–En realidad, no sé si un taller de verano tiene que tener algo en particular o que lo diferencie de un taller que se dicte anualmente. Los dos talleres tienen una duración de 2 meses, comienzan el 13 de enero y finalizan el 13 de marzo, pero si alguno de los participantes siente las ganas de seguir, está la posibilidad de continuar todo el año.

–¿Cómo imaginaste los encuentros?

–Los encuentros y los talleres en general son de carácter recreativo y no es necesario contar con alguna experiencia previa, ya que transformaremos el espacio en un ámbito totalmente distendido en donde jugaremos con personajes, objetos reales e imaginarios, máscaras, caricaturas, ejercicios de acción, reacción, figura, contrafigura, la palabra y la acción, improvisaciones y construcción de escenasque nos permitirán dejar de lado todo lo agobiante de la vida cotidiana, para dar lugar a un momento lúdico. No va haber material teórico, vamos de la acción a la reflexión, es decir hacemos y luego hablamos.

De los talleres pueden participar aquellos que tengan ganas de jugar; los que quieran expresar lo inexpresable; aquellos que sientan ganas de reírse de todo y de ellos mismos; los que ese día se levanten con el pie izquierdo; aquellos que quieran transformar lo negativo en algo positivo; y los que tengan ganas de ser líderes, pero que a la vez acepten ser liderados. Básicamente, la invitación es para todos los que tengan ganas de ir.

–¿En qué destinatarios estás pensando?

–Los talleres están destinados por un lado a adolescentes y adultos, los días lunes y miércoles de 20 a 21.30 y, para la tercera edad, martes y jueves de 9.30 a 11.

–¿Qué sentís que le aporta al curso el hecho de que seas actor, director y dramaturgo?

– El hecho de transitar por los tres roles, creo que me aporta más recursos como tallerista a la hora de hacer las devoluciones en los trabajos de improvisación que se realizan en clase con las técnicas trabajadas.

En estos talleres voy a trabajar con ejercicios que estimulen la imaginación, la creatividad y que ayuden a romper estereotipos, con el objetivo de crear nuevos mundos, con sus propias leyes y códigos propios.

Entiendo que en el teatro la moral no existe, que por sobre cualquier cosa está el deseo, que es generalmente el que genera el conflicto. El actor, entre tantas cosas, es una máquina de resolver y para eso tiene que tener un supermercado de recursos, un cuerpo entrenado y, no me refiero a ir a un gimnasio, aunque no está mal tampoco.

Quiero decir: el teatro es un arte que está hecho para el cuerpo. El actor cuenta historias con el cuerpo, entonces, o tenés un cuerpo entrenado o no lo tenés. Un actor que tiene su cuerpo entrenado tiene recursos de sobra para resolver lo que una situación escénica demande, a diferencia de un actor que no lo tiene.

¡A no asustarse, que todo esto que puede sonar académico e intelectual lo vamos a abordar desde el juego!

–¿Cómo despertar interés en la narración de historias en tiempos en que los consumos son más bien para pasar el rato, reírse o distraerse?

–Es tal cual lo decís, hoy todo se enfoca ahí. Estos talleres también apuntan a reírse y a distraerse, la diferencia está en que le vamos a darle mucho valor al cuerpo y a todo lo que con él se puede expresar. De hecho, el único requisito estricto es llevar el cuerpo. También es verdad que la gente que busca estos espacios está cansada de lo otro o no lo completa del todo, eso de apreto un botón y tengo todo lo que necesito o casi todo. No creo que en el momento de armar una escena alguno de los participantes busque en Google cómo hacerlo.

Una de las maneras de despertar el interés es trabajar con temáticas que a ellos les interese contar. La metodología es la siguiente: en clase vamos a trabajar con dos o tres técnicas que después van a usar para armar una representación breve.

Acá aparece el tema de la imaginación que te comentaba anteriormente. Les voy a dar todo lo que creo que necesitan para armar la escena, pero no les voy a decir cómo: ellos tendrán que crear e imaginar y yo estaré atento para hacer la devolución, corregir y encaminar la escena. Más tarde, ellos volverán a trabajar sobre la corrección, y así iremos creando entre todos, pero siempre estimulando para que salga de ellos eso que propongan.

–¿Qué se puede enseñar de la práctica teatral y qué otras se pueden aprender por iniciativa propia?

–En la práctica teatral se pueden enseñar muchas cosas como, por ejemplo, el uso del espacio escénico; el trabajo con el mundo objetos, que pueden ser reales o imaginarios; la relación con los otros desde la acción – reacción.

Luego entra en juego el proceso que cada uno hace a su tiempo y después lo que uno tiene adentro y no lo sabía, sino que lo descubre mediante el entrenamiento y lo va fortaleciendo.

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