Versos y rimas sobre un pentagrama que no olvida

30 marzo 2025 7 minutos
Víctor Fleitas

Bajo el nombre de Memoria de agua, están por salir a la consideración general un puñado de canciones con textos de Juan Manuel Alfaro, musicalizados por Ernesto Méndez y cantados por Nilda Godoy. Además de la celebración de una amistad, la alianza creativa propone el rescate de una de las voces poéticas más destacadas de los últimos tiempos.

Las cosas de la vida fueron llenando de referencias, colores, aromas y texturas paranaseras la existencia de Juan Manuel Alfaro, nacido y criado en Nogoyá, hace tantos años que se auscultan por el cabello encanecido de algunas postales rurales que le modelaron la experiencia.

Ganador del premio Fray Mocho como poeta y como cuentista, su obra es de alta valía literaria. Miraba los días desde una atmósfera amistosa, arte que cultivaba de manera sistemática, con afán de jardinero. Fue un artista de oído atento y expresión bellamente precisa, que le encantaba ser testigo de la irrupción poética, el albañil de la idea y también su intérprete.

Es una suerte para la ciudad que Alfaro haya florecido en ella, una especie de bendición laica. Muchos recordarán su carácter afable en la conversación ocasional, mientras caminaba una Paraná que le corría por las venas y lo inclinaba a la escritura. Pero algunos, además, fueron sus compinches. Entre ellos, el guitarrista y compositor Ernesto Méndez.

La muerte de Alfaro, en febrero de 2024, interrumpió la llegada de poemas suyos a la residencia oroverdina de Méndez, por si en la consideración musical del maestro alguno pudiera adquirir un destino de canción. Esa semilla, pacientemente regada, cuidada de los rigores del clima de época, está a punto de circular como producción fonográfica, gracias a una alianza creativa entre Méndez y la cantante, docente e investigadora Nilda Godoy.

Ernesto Méndez

“Creo que uno realmente se asume como escritor cuando es capaz de tomarle distancia a la exaltación, al apasionamiento del instante creador y puede ejercer su conciencia crítica sobre el texto, que no es otra cosa que la conciencia del oficio y la concepción que se tenga de la literatura”, supo decir Alfaro, al añadir que la asunción como poeta “es progresiva y se va dando en la medida en que se estrecha la vinculación del escribiente con su propia escritura, y se producen las complicidades y las mutuas desconfianzas”.

Así como Alfaro no hacía libros, sino que escribía poemas y cuentos que luego integraría a una eventual publicación, las canciones del trabajo de Méndez y Godoy han buscado su ritmo, su clima, el lenguaje apropiado, las afinidades o parentescos de los textos, melodías y arreglos.

De hecho, al escucharlas, los artistas sienten que el puñado de composiciones goza de un cuerpo y un alma armónicos. Como la meta se ha construido de manera laboriosa, metódica, Tekoha propuso visitar el proceso del que surgieron esas acuarelas musicales. En la entrevista, Ernesto llama a su amigo JM, las iniciales que usaba para despedirse en los mensajes de texto y correos electrónicos.

–Toda historia tiene un prólogo que la insinúa. ¿Cómo se gestó esta amistad de versos y músicas entre Juan Manuel Alfaro y Ernesto Méndez?

–Mi amistad con JM surgió por carácter transitivo. Es decir, primero fue amigo de mi padre y luego, a medida que fui desarrollando mi carrera como músico, el destino nos fue cruzando en infinidad de situaciones.

Durante mi primera infancia fuimos transitoriamente vecinos. Mi casa -y la de mi abuela- fue la esquina de Perú y Courreges antes de que existieran los departamentos “Camaleón” donde luego fuera a vivir JM. Muchas de nuestras conversaciones giraban en torno al recuerdo de viejas épocas, personajes y sucesos. Algunos de ellos magistralmente relatados en su último libro Vecindades. En él hay un soneto dedicado a mi padre y un relato para mí conmovedor, del hermano de mi abuela y almacenero de la esquina.

JM solía sorprenderme con alguna letra de una potencial canción en mi casilla de correo. Éstas que hemos grabado son las que han visto la luz aunque hay por lo menos media docena más en cartera.

“Memoria de agua”, que es la canción que da título al EP es una milonga (porque así ya lo concebía desde la escritura. En el asunto del mail ponía “posible milonga”). Me la envió como saludo de cumpleaños en 2016. Habla de uno de los grandes temas en relación a lo inmanente y lo trascendente y que increíblemente metaforiza entre el Sauce y el Río.

“…lo llama el agua viajera

pero él eligió quedarse”.                             

Hay otra canción que tiene una historia muy curiosa. Una chacarera que compuse alrededor de 2008 y que titulé “Hasta nunca”. Era una pieza instrumental aunque siempre sentí que le vendría bien una letra. El “hasta nunca” no refería exactamente a nadie en particular, sino más bien a situaciones por las que uno no desea volver a transitar. Años más tarde JM me envía una letra que por su métrica calzaba en la música como zapato de Cenicienta.

Esa letra se titulaba “La sin rencores” y alude a un amor asincrónico. Salvando los matices, creo que música y letra se unieron en un sentido único entre picaresco y melancólico que va muy bien. Quedó con el título primero porque ya estaba registrada e igualmente le hace sentido.

Juan Manuel Alfaro

–¿En qué consiste el proyecto de EP?

–Apelamos a estos formatos actuales que te permiten cerrar un concepto breve. Que no imponen el compromiso de “llenar” un CD. Por ello este EP reúne 6 canciones entre las cuales está colada una de mi padre. “Monte y delta” es una joyita de los años ‘60 que no ha tenido el destino venturoso de otras tantas. En el contexto del repertorio se integra naturalmente.

El material ya está grabado y editado. En proceso de mastering para su subida a plataformas.

–¿Qué implicó la muerte de Alfaro para su consecución?

–La muerte de JM no tiene una vinculación directa con el proyecto. Aunque sí, de manera indirecta, es uno de esos golpes que te ponen en conciencia de que no siempre va a haber tiempo. De que a veces es ahora. O de que, como decía un amigo, “a los fierros hay que doblarlos calientes”.

–¿Cuándo se irá publicando?

–La grabación se hizo en un par de horas porque nos interesó mantener la tensión del vivo. De hecho, grabamos en la misma sala, frente a frente y sin auriculares.

Quedaron tomas enteras con apenas algún mínimo maquillaje de edición. Eso ya está y pensamos que para fines de marzo o primeros días de abril estará disponible en todas las plataformas de streaming musical.

Esa parte del proyecto está en plena efervescencia porque queremos articularlo con recitales de presentación que ya estamos gestionando en distintos puntos de Entre Ríos y de Santa Fe.

–¿Qué valorás de Alfaro como poeta, en general?

–El rasgo que me conmueve de la poesía de JM es esa capacidad de desvelar la realidad.

No sus metáforas, no sus rimas, no sus formas. Sino esa capacidad de ver más allá de la realidad constante y presente para desvelarnos un mundo profundo y metafísico.

Por ejemplo, en Memoria de agua. ¡¿Qué paisaje más silvestre y común en nuestras orillas?! Y sin embargo él ve más allá y ve ese diálogo del que hablaba antes.

Hay otro poema que se llama “El timbó”, en donde alguien visita su casa primera, ya convertida en tapera, donde ha crecido un timbó. Y en medio de la observancia de la casa, del árbol que ha crecido tan alto, tan alto, reflexiona a manera de lamento, y hasta de queja, “¿por qué ahora… y sin nosotros?”.

Y también ese rasgo aparece en algunos de sus poemas dedicados a sitios icónicos de la ciudad de Paraná como la Venus del Rosedal o el Yaguareté del Parque. ¡Las veces que uno ha pasado por allí sin ver más que las esculturas constantes y sonantes!

Por eso, al margen de la técnica literaria, me quedo con su capacidad de ver más allá y de mostrarnos el mundo con ojos nuevos.

Ernesto Méndez, Juan Manuel Alfaro y Nilda Godoy.

–¿Qué concepto reúne a los poemas que empezaron a trabajar juntos para convertirlos en canción?

–Hay diferentes canciones. Dedicadas al amor, al amor desencontrado, a principios existenciales.

Hay una dedicada a quien supo ser visitante casi anónimo o furtivo de la ciudad. Amigo de poetas y de músicos. De todo el mundo en realidad. Para el músico catamarqueño Carlos Tata Herrera hay una canción dedicada que se llama “Noticias del Tata Herrera”.

En definitiva, si hay algún concepto que las hilvane es más bien el trazo de la composición y la interpretación más que una temática particular.

–¿Qué desafíos impone el abordaje de una obra poética?

–Como decía anteriormente, JM me mandaba ya imaginando la canción. Ahí va una milonga, un chamamecito, un gato, una posible zamba, me añadía.

Por lo que ya gran parte del trabajo estaba hecho.

Para mí la primera aproximación siempre fue tratar de captar el tono, la tensión, el carácter. Eso te da algunas pautas de ritmo, tempo, modo. Llega un momento en que la música casi casi se revela sola.

–En el trabajo de composición, ¿has tenido en cuenta lo que cada poesía reclamaba o se atiende también a las condiciones expresivas de quien la va a interpretar en el canto?

–No en mi caso. La prioridad es la canción. ¡Que el oficio del cantante se las arregle!

–¿Por qué crees que Nilda Godoy es la cantante adecuada?

–En lo personal porque nos conocemos hace años y hay una empatía musical enorme que hace que todo fluya sin demasiadas explicaciones.

Es una cantante que he admirado desde siempre.

Y como si fuera poco, algo parecido de lo que decía de la poesía de JM, es alguien que ha logrado trascender la técnica en beneficio del decir la música.

–¿Cómo ha sido el trabajo conjunto con ella hasta encontrar los arreglos adecuados?

–Fácil. En esta música no hay un arreglo sobre el cual buscar la mejor performance posible. Hay sí algunas entradas e intenciones convenidas, pero el foco está puesto en poder conectar en cada interpretación con una sensibilidad propia y espontánea.

En esa búsqueda y en cada interpretación y reinterpretación van apareciendo ideas, matices e inflexiones que nos conectan con la composición, pero también con lo único e irrepetible de cada versión.

–¿Qué significa este proyecto en la perspectiva de tu trayectoria artística?

–Me siento feliz porque estoy inaugurando un perfil que no he mostrado hasta ahora: el de la canción.

La palabra en la música es muy poderosa y confío en este ramillete de canciones que apelan a una sensibilidad muy directa que sabrá darles acogida.

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