Para pensar y analizar las instituciones socioeducativas dirigidas a personas que han sido alterizadas, la propuesta de Saberes al margen es dialogar con las propias contradicciones en cada contexto y ofrecer experiencias críticas que pongan en juego otra comprensión de los sujetos, de la educación y de sus instituciones.
Dos nociones sencillas parecen latir en el interior de Saberes al margen. Notas para un análisis institucional, el nuevo título de La Hendija Ediciones. El libro está dirigido a profesionales del ámbito socioeducativo, es decir, a quienes se desenvuelven en ese espacio multidimensional e interrelacional, de límites algo difusos, conformado por los contextos escolar, familiar y comunitario.
La obra parece poner el foco en la convivencia dinámica de una doble noción en tensión continua: a las instituciones las hacen las personas y suelen ser lo que las personas hacen de ellas; pero también si no se ejerce ante las instituciones un juicio crítico, la cultura instalada puede ir reconstituyendo la práctica concreta de las personas, imprimiéndoles lenta pero consistentemente una cosmovisión propia, mediante rituales, protocolos, reglamentos y formas de tramitar la convivencia, aportados por “el uso y las costumbres”. Sin la salvaguarda de la reflexión, ese imaginario crece como hiedra y cristaliza en una identidad que muchas veces deshumaniza y hasta puede contradecir aquello que los individuos aislados tienen por cierto. Ante el diagnóstico, la propuesta de Saberes al margen es un abordaje integral que permita aplicar una serie de herramientas teóricas a fin de reconocer las particularidades de cada caso.
Uno de los autores es el doctor en Ciencias de la Educación, Miguel Salas Soneira, cuya trayectoria de investigación se ha orientado a la actuación educativa desde la perspectiva de la gestión social del sufrimiento. Comparte la responsabilidad con la doctora en Pedagogía, Asun Pié Balaguer, también de la Universitat Oberta de Catalunya, cuya producción académica se ha centrado en los Estudios Feministas de la Discapacidad, la antropología médica y la pedagogía crítica.
Tekoha ha podido entrevistarla sobre un asunto como el de la construcción social de la singularidad, de enorme vigencia por los discursos que desconocen la influencia de las trayectorias vitales de los individuos sobre sus posibilidades de realización personal y colectiva, y también el modo en que esos condicionamientos van operando en tándem, habilitando o clausurando horizontes.
–¿Qué contiene el libro Saberes al margen. Notas para un análisis institucional?
–Reflexiones y herramientas para pensar las instituciones. Está particularmente dirigido a profesionales del ámbito socioeducativo. Se trata de una aproximación crítica al fenómeno institucional que nos permite entender el impacto que las dinámicas organizativas y culturales, dadas en su interior, tienen en la propia práctica profesional de educadores/as y otros profesionales del sector socioeducativo.
Una idea clave es que no podemos desplegar una práctica consciente y ponderada sin entender el organismo vivo de la institución, su trayectoria, sus modos de ordenar o desordenar la diferencia, su gestión de la norma o la palabra, sus modos de enfermar o sanar a unos y otros.
Todo ello configura un terreno de posibilidades o imposibilidades para la educación y la justicia social. Es decir, determina sobremanera la orientación y la calidad de las propias prácticas socioeducativas.

–¿Qué les interesa de las instituciones?
–Lo que hacen, no lo que dicen que hacen. Lo que ocurre en las relaciones y en las tareas que se atribuyen a los profesionales. Lo que les pasa a los sujetos que transitan por ellas. Una idea central al respecto es que los sujetos nos inscribimos en contextos que habitamos y determinamos, aunque también estos contextos nos habitan y nos transforman. Existe un juego de afectaciones mutuas.
–Mutuas.
–Quiere decir esto que podemos transformar nuestras instituciones tanto como que ellas nos transforman a nosotros. Y esto último implica en ocasiones acomodarse a lo dado, invisibilizar o normalizar violencias, fijar distancias relacionales hasta la deshumanización o al contrario confundirse con los otros, efectos todos ellos que en cualquier caso nos interesa analizar para comprender y transformar.
Los profesionales de la acción social se ubican en este terreno complejo de afectaciones mutuas entre lo que son ellos mismos y lo que es el contexto donde se ubican. Es decir, no son ajenos a los entornos de modo que sus prácticas no dependen exclusivamente (o no solo) de una voluntad consciente (o de unas buenas intenciones) sino de todo un entramado de relaciones, poderes, resistencias que determinan más pronto o más tarde, la intervención.
La institución es el medio donde pasa y se juega la relación entre unos y otros, pero es también la materialidad de dicha relación. Es en realidad, pasto para la existencia relacional que, a su vez, puede producir nuevas subjetividades o, al contrario, cosificar o, como decía Deligny, semejantizar. Es decir, fabricar al otro a nuestro parecer.
Comprender todas estas variables subjetivas, estructurales, estructurantes, colectivas, organizativas y de funcionamiento es uno de los objetivos principales de este trabajo.
–Menuda tarea.
–En síntesis, Saberes al margen. Notas para un análisis institucional, pretende ofrecer herramientas para volver a pensarlos efectos de algunas instituciones, demoler los cimientos deotras (las que ningunean, las que aplastan a los sujetos, las que generan violencias), así como rescatar experiencias de apertura a lo imprevisto y aprender con ello nuevos modos de habitar los márgenes y las instituciones de frontera.
Las instituciones socioeducativas, del campo de la educación social, de nuestro territorio son en su mayoría de frontera porque tratan con los “despojos” de la sociedad, con los desheredados o apartados en el linde de la normalidad. Pero es precisamente esta situación de linde, de margen, la que también puede abrir nuevas posibilidades para reinventarse, a condición claro está de un análisis institucional.

–¿Quiénes lo han hecho?
–El libro es una co-autoría con Miguel Salas Soneira y ha sido fruto del diseño de una asignatura de prácticum del grado de educación social de la Universidad Oberta de Catalunya (España). Esta asignatura representa el inicio de horas presenciales en los centros socioeducativos en los que hacen las prácticas nuestros estudiantes. Por ello, el conocimiento de las instituciones donde se ubican requería del desarrollo de elementos, herramientas, categorías, necesarios para enfrentar cierto análisis institucional que les permitiera entender mejor en qué contexto están y cómo influencia dicho contexto las prácticas que allí se dan. Es decir, entender no solo lo que se puede o debe hacer, sino los modos de definir que operan en su interior, los modos de comprender e interpretar los fenómenos o supuestos problemas que dicen tratar, así como los efectos de las prácticas en su conjunto.
–¿En qué noción de escuela y educación se está pensando?
–El libro presenta en su capítulo final dos experiencias institucionales que consideramos de interés. Una de ellas es una escuela de educación especial ubicada en Francia. Pero a pesar de ello, el libro se enmarca en la tradición de la pedagogía crítica con fuerte carácter antiescolarista. Quiere decir esto que nuestro marco epistemológico es la pedagogía social (o pedagogía comunitaria) que desborda la institución escolar. En esta línea, no por casualidad la experiencia de Bonneuil va mucho más allá de cualquier experiencia ordinaria de escolarización.
–¿Qué se entiende y cómo ha variado la idea del análisis institucional en educación?
–Actualmente en Catalunya (España) no existe una noción de análisis institucional que se aplique de manera extendida, y menos en el campo de la pedagogía social, de la educación social. Las instituciones están fuertemente determinadas por los encargos sociales que reciben y estos lo están de las políticas sociales del momento. Lo que existen son supervisiones de equipos o supervisiones de casos, pero no análisis institucionales que permitan revisar el funcionamiento en su sentido estructural y menos con vocación de transformación. Asimismo, existen sistemas de evaluación de la calidad de los centros, pero no responden a ningún tipo de análisis, sino a un tipo de gobernanza pública o privada ligada al control, dependiendo del caso.
Lo que pretendemos es volver a pensar las instituciones que tratan la diferencia y su supuesta neutralidad o incluso bondad, así como reflexionar sobre la práctica de educadores/as de un modo situado. Hicimos con anterioridad un trabajo narrativo sobre distintas experiencias institucionales que fueron publicados en la UOC (Escenas de educación social, 2018), más tarde ampliado con un segundo volumen: Escenas de educación social 2 (2019). Estos trabajos narrativos y situados fueron el germen de Saberes al margen, pudiendo ser leídos en realidad de modo complementario. En todos ellos se da centralidad al conocimiento encarnado, a la experiencia vivida sea de profesionales o de personas atendidas. Ello nos permite cuestionar la tradicional división entre saberes expertos y experiencia, o bien entre conocimientos superiores e inferiores o, como decía, la concepción del sujeto desafectado de su entorno. Por lo tanto, un elemento importante es la incorporación de la dimensión de la experiencia, los afectos, la subjetividad y el vínculo. Todos ellos elementos fundamentales en la formación de educadores y educadoras.
–En distintas intervenciones, has desarrollado la noción de vulnerabilidad común como un argumento contra la idea de sujeto moderno, individual, que se autoconstruye casi sin ayuda del otro. ¿Cómo influye esa mirada sobre la propuesta reflexiva del libro?
–El hecho de decir que los sujetos no pueden ser pensados por fuera de sus contextos (institucionales o del tipo que sea), implica cuestionar los supuestos en los que se apoya la definición de sujeto moderno, individual, soberano de sí mismo. Hay en este punto una clara influencia de trabajos anteriores.
Por otro lado, como recordaba en el libro La insurrección de la vulnerabilidad, si bien es cierto que existe la vulnerabilidad común, así como una llamativa dificultad social para aceptarla, también lo es que no todos somos igualmente vulnerados. Lo cual nos indica la existencia de una vulnerabilidad problemática o evitable. Quiere decir esto, que el trabajo en relación con la vulnerabilidad común (el hecho de visibilizarla, de revisar las definiciones de lo humano que la han excluido) no puede hacernos perder de vista que también existe la precarización y la vulneración. Esto es, no todos somos igualmente dañados.
Precisamente los efectos de las instituciones socioeducativas que revisamos en Saberes al margen, son espacios que en su mayoría se construyeron para dar respuesta a esas vulneraciones y vulnerabilidad problemática. El problema es que en muchas ocasiones dichas instituciones reproducen dicha vulnerabilidad evitable, no la revierten, sino que la alimentan. Ello quiere decir que en muchas ocasiones los objetivos por los que fueron creadas dichas instituciones (al menos sobre el papel), no sólo no se cumplen, sino que incluso generan efectos adversos o iatrogénicos. Es decir, no sólo no solucionan el problema que dicen tratar, sino que lo empeoran.
Por tanto, si bien en trabajos anteriores presenté un análisis de la vulnerabilidad ontológica, en este caso presentamos una reflexión sobre la gestión institucional de la vulnerabilidad problemática. Del mismo modo, si bien en otros trabajos he reflexionado sobre el imaginario social de la discapacidad, su construcción, el efecto del mandato capacitista, etc., en este caso nos paramos en la función que cumplen (o pueden cumplir) las instituciones respecto de la discapacitación o reproducción del mandato capacitista, así como otros mandatos que consideramos problemáticos.
–¿Qué lugar ocupa este material en la galería de tus publicaciones, qué vínculos puede establecerse entre las producciones?
–Este material está muy orientado a educadores u otros profesionales del sector socioeducativo que deseen pensar sobre las instituciones. Asimismo, puede ser muy útil para docentes que imparten materias de prácticum en áreas sociales y educativas.
La necesidad de pensar y reflexionar sobre las instituciones es lo primero que me encontré en mi carrera profesional. Por tanto, este trabajo implica dar algunas respuestas a esos primeros interrogantes que consistieron en un ir y venir de la teoría a la práctica y viceversa. El malestar surgido de algunas experiencias institucionales que recorrí abrió preguntas que me han perseguido hasta día de hoy sobre la construcción de la alteridad, la violencia institucional, la insuficiencia de los binarismos para pensar la realidad, la gestión de la vulnerabilidad, la discapacidad, entre otros.
Por tanto, este libro es en cierta medida un retorno a esos inicios, pero con mayor distancia y perspectiva, así como con el convencimiento de que en muchos casos es necesario pararse a pensar aquello que se normaliza como adecuado en relación con la diferencia, así como especialmente las violencias normalizadas e invisibilizadas que se reproducen sistemáticamente en el campo socioeducativo, capacitismos, normalismos y otros ismos.
Presentación a la vista
El jueves 22 de mayo a las 16, por vía remota, La Hendija Ediciones presentará el libro Saberes al margen. Notas para un análisis institucional, cuyos autores son el doctor en Ciencias de la Educación, Miguel Salas Soneira, y la doctora en Pedagogía, Asun Pié Balaguer.