Con creaciones jazzeras sobresalientes que quedaron inscriptas en la memoria popular y en la sensibilidad de distintas generaciones, el viernes 12 a las 21, en la Almacén de los 33 habrá un espectáculo musical que se enmarca en una experiencia colectiva singular, como la de La escuelita del jazz. Su director, Chiri Ochoa, brindó detalles del proyecto y de la actuación.
Desde un enclave con reminiscencias históricas como lo es la esquina suroeste de Bavio y Courreges, un grupo de músico locales, identificados como La escuelita de jazz, dibujará una estela musical cosmopolita al presentar un repertorio de clásicos.
Con un bono contribución de 6.000 pesos, los artistas compartirán un cierre de ciclo en el que mostrarán lo trabajado durante 2025, bajo la dirección de Chiri Ochoa.
En la velada se presentarán Cintia Campos, Gianella Farías y Brenda Soldini en voces, Felipe Heredia y Lucas Baez en saxos, Marcelo Torales en armónica, Julián Caminos en trompeta, Melián Caridad Righelato y Felipe Sato en piano, Jerónimo Vásquez y Nicolás Matteoda en guitarras, Giovana Fitipaldi y Franco Laino en bajo, y Fernando Emeri Albornoz y Marcelo Schiavi en batería.
El evento justificó el diálogo de Tekoha con Ochoa. Lo planificado para este viernes 12 desde las 21 y la breve historia de este colectivo aparecen reflejados a continuación.
–¿Qué presentarán en esta oportunidad en De los 33?
–Este viernes estaremos presentando lo trabajado durante todo el año, donde hemos tenido una renovación importante en el plantel de integrantes. La verdad es que, haciendo un balance, me pone muy feliz el compromiso que le han puesto.La idea es hacer unas tres entradas: la primera, con el Grupo de los sábados, con interpretaciones de temas cantados y otros instrumentales.
Luego de un receso de unos minutos, arrancará su parte el Grupo de los miércoles con canciones y temas instrumentales.Y cerraremos con una tercera con un espíritu más de Jam, donde habrá temas instrumentales con mucha más improvisación de parte de los músicos/as.
–¿Cómo surgió la idea de hacer una escuelita de jazz?
–La historia es más o menos así. En marzo de 2019 tuve la oportunidad de participar con un trío en el Festival de Jazz de Paraná, organizado por el Iapser. En esa oportunidad aparte de tocar, teníamos que dar una charla/clínica por la mañana. Se acercaron bastantes concurrentes, y uno de ellos me pidió si le podía dar clases. Se me ocurrió invitarlo a tocar en casa, descontracturadamente armar clásicos del jazz, los que se conocen como standards. Y pensé que podíamos invitar a otros chicos y chicas que quisieran participar para tocar esta música.Así creció durante ese año un grupo estable de unas doce personas, con el que logramos llevar a cabo una Jam de Jazz en noviembre en un bar de la ciudad.A este agrupamiento lo llamamos Colectivo Jam. Y tuvimos bastante trabajo, ya que tuvimos la oportunidad de ser convocados para armar un Ciclo de Jazz en Casa de la Cultura, y también de grabar unos videos en el Teatro Municipal 3 de Febrero, a través de Cultura Municipal. Luego vino la pandemia, y no los pudimos sostener.Logramos hacer algunos videos cada uno desde casa, y cuando se pudo armamos otros de manera presencial. Pero habíamos perdido fuerza, y había que remontar de nuevo.Ya en el 2021 arrancamos con el actual nombre, La escuelita de jazz, y no hemos parado de crecer. Muchos de los pibes y pibas que han pasado, hoy se dedican a estudiar y tocar esta música.Con el correr del tiempo, lo que había iniciado con encuentros los sábados por la mañana, se extendió a abrir un nuevo grupo los miércoles por la tarde. Este último lo integran quienes ya tienen más experiencia, que han participado de los sábados, donde es el nivel inicial.

–¿A quiénes está dirigido?
–En cuanto a quienes quieren venir a aprender, no hay límites de edad, es por eso que en los grupos hay adolescentes, jóvenes y adultos.
Uno de los requerimientos es que debe conocer/manejar su instrumento, e instamos a que, quienes puedan, mantengan clases particulares del mismo. Aquí, a lo que venimos, es a aprender el lenguaje, su historia, cómo ir armando la música.
En cuanto al perfil de los que se interesan en venir, veo que tenga ganas de aprender primero y un manejo de su instrumento. Como todo aprendizaje es un proceso, es fundamental asistir a los encuentros, estudiar y escuchar el material que les vamos compartiendo. Este es un espacio completamente gratuito y autogestivo es por ello que se busca esas características en quienes quieran participar, allí es donde está la reciprocidad, en que realmente puedan aprovecharlo.
–¿Qué rol ocupa la familia de los músicos de la escuelita?
–El rol de la familia de los integrantes depende de la edad de los mismos, en adolescentes es más importante porque son quienes traen y llevan a sus hijos/as a los encuentros y acompañan más de cerca su desarrollo, mientras que en los jóvenes y adultos ya es más autónomo. Es muy lindo ver a las familias que se acercan a acompañar en las muestras y clases abiertas, hay familiares que nos ayudan a veces con traslados de instrumentos a espacios donde vamos a tocar. Y es muy gratificante también encontrar en el público familiares que pueden ser padres y madres o compañeros de vida y niñeces que van a escuchar a su mamá, por ejemplo.
–¿Qué otras cosas se aprende en la escuelita además de tocar jazz?
–Más allá de aprender esta música, me interesa que quienes vengan acá aprendan el oficio de músico. Por eso armamos fechas durante el año, para que se tenga la experiencia del escenario.
Un factor importante es el respeto y compromiso hacia sus compañeros y con uno mismo. Aprender que si no estudio para el encuentro, estoy trabando a mis compañeros que le dedicaron su tiempo en la semana a los temas.
Se aprende también sobre el cuidado de los instrumentos y elementos del espacio, como cables, manejo de amplificadores, conexiones y demás.
Organizamos charlas/clínicas con referentes para ampliar formas de aprendizaje y tener un acercamiento a otras lecturas posibles.
Justamente, hace poco organizamos con Chano Casas, baterista y uno de los organizadores del Jazz Campus de Santa Fe, una visita de La escuelita de jazz al Jazz Campus donde pudimos participar de una jornada de clases con otros músicos docentes y una master class.
–¿Qué sueños tenés en torno a la escuelita?
–El sueño es que la escuelita siga creciendo, que siga siendo formadora de músicos y músicas. Que quienes la integren sigan estudiando y perfeccionando sus estudios en otros espacios especializados de la región y del país. Quienes pasaron por aquí, y siguieron estudiando y hoy son partícipes de la escena local, integran o han integrado el Santa Fe Jazz Ensamble Junior, por ejemplo. Otra persona, que conoció el lenguaje en la escuelita, este año ingresó al Manuel De Falla, uno de los institutos más prestigiosos de jazz en Argentina. Tenemos otros casos de pibes que se han ido a estudiar a la UTEC en la República Oriental del Uruguay, donde existe una carrera en torno al jazz. Todas estas experiencias me ponen muy feliz.
Los sueños que tengo son lindos sueños para los que somos parte de la escuelita, pero también me gustaría que esta experiencia se replique en otros lugares.












