El corazón musiquero de Ale Vitas

16 noviembre 2024 6 minutos
Víctor Fleitas

“Soy también aquellos que vienen conmigo”, parece decir Ale Vitas, mientras adelanta en qué consistirá su nuevo show, previsto para el 22 de noviembre a las 21.30, en la Casal. Para ese viernes, la propuesta incluye una visita a canciones propias y de compositores que sobre él han ejercido influencias.

Hay una forma de amistad escondida en la manera con que Ale Vitas compone, afina, amalgama. Arma repertorios, graba producciones, realiza shows como fin y como medio. Construye con retazos de lo que vendrá un edificio de poéticas donde elige vivir en racimo, para ver crecer lo más amado de aquello que ha sido.

El viernes 22 de noviembre, a la hora en que los azahares le dan profundidad sensorial a la noche, se pondrá al frente de un grupo de colegas suyos para presentar Una razón que nos defina, título que parece proclama y súplica a la vez. Será en el Casal de Catalunya, Urquiza 1225 (entrada, 5.000 pesos).

La ocasión justificaba una invitación al diálogo con Tekoha, que Ale Vitas aceptó. En el intercambio, el artista dejó que aparezca ese ser vivo que siente, que expresa lo que experimenta, que existe e intenta, que exuda vivencias y vínculos compartidos, que atesora momentos sustantivos para adjetivar los verbos que lo nombran, que no se contenta con perdurar o suceder; y, mientras aprende, parece un perro que contra el viento huele, no para amoldarse a las modas, sino como quien aguarda un presagio.

La impresión es que Ale Vitas busca serenidad para moldear una carrera musical sin apuros, lo que por otra parte va logrando: con ambos materiales (vida y obra) moldea la vajilla de los encuentros alrededor de una mesa entrañable, que más tarde enterrará, dejará que algo muera en la introspección para que la semilla prospere y regará con oficio de trovador, para que un día la canción dé sombra.

–¿En qué consistirá el show?

–En esta oportunidad me acompañarán Paulina Alfaro en guitarras, melódica y voces, e Iván Andreotti que es de Santa Fe, en pianos y voces. También voy a tener músicos invitados, con los que quiero compartir hace mucho.

Este show en particular se llama “Una razón que nos defina”, que surge de la canción Saltos al vacío, del disco homónimo que saqué en 2016. Hablamos de la importancia de encontrar eso que amamos, y jugarnos por ello, que, en nuestro caso, es la música. Vamos a repasar canciones de distintos discos, combinadas con otras que nos han influenciado, de músicos cubanos, españoles, centroamericanos, que se funden con nuestro estilo de canciones y enfrutillan el postre.

–¿Por qué en el Casal? ¿Qué tiene de especial?

–La razón del Casal es porque es nuestra casa, nos han albergado desde siempre, y sentimos que podemos hacer y deshacer como queramos, con total libertad y con la calidez y energía de la gente que lo compone. No recuerdo cuándo fue la primera vez que tocamos ahí, pero sí lo bien que la he pasado siempre. Si bien cada show tiene lo suyo, la intimidad propia del Casal y la idea de ser locales, elevan las canciones en otro sentido. Amamos el Casal, y no vemos la hora de volver a participar este 22.

Como verás siempre hablo en plural porque aunque es un proyecto solista, me acompaña mucha gente que no quiero dejar de incluir, ellos hacen al proyecto.

–¿Qué significó la experiencia de Sonorámica, a nivel de lo producido y en cuanto a tu carrera artística como tal?

–Fue muy movilizante. Fuimos premiados por el Inamu junto a algunos artistas como el Chango Spasiuk o Diego Frenkel para grabar un nuevo Ep; eso fue lo primero que nos interpeló.

A partir de ahí buscamos el mejor estudio para nuestras nuevas canciones y por prestaciones, backline e ingenieros entendimos que Sonorámica era el lugar. Lo que también tiene de particular es que está inmerso en Traslasierras, en Córdoba, en el medio del cerro, sin nada alrededor más que estrellas y grillos. Eso nos embebió en un clima muy particular que se nota en las canciones. Dormíamos ahí y nos levantábamos a grabar. Todo parecía estar alineado al resultado final del disco.
En cuanto a mi carrera es un salto de calidad. No es tan sencillo grabar ahí. La carrera musical es de resistencia, no de velocidad, así que buscamos mejorar todos los días, no solo con el disco. Sin dudas es un salto, y lo reconocemos como tal, pero lo vemos como un escalón más hacia mañana.

Creo que busco que cada disco sea una forma de avalancha, que empuje algo más, que esto empuje algo más, y así hacer una bola cada vez más grande. Estamos muy felices de haber vivido la experiencia y del resultado que conlleva. A su vez reflotan los discos anteriores.



–¿Qué dirías del estilo de Ale Vitas o prefiere evitar los encasillamientos?

–Ale Vitas hace canciones. El género es canción de autor, lo que puede ser cualquier estilo, cualquier forma. En mi diaria me inclino por los ritmos latinoamericanos aunque no es excluyente. Son canciones, con ritmos escondidos en ellas, siempre en formato de canción, con una multiplicidad de influencias de distintas corrientes que fundimos y confundimos, para crear algo nuevo.

Le doy mucha importancia a las letras, leo intensamente y eso me dispara muchas ideas y frases que quiero utilizar en las canciones. No me considero un poeta, sí un pensador, bueno o malo lo determinará el escucha; pero busco entender el valor y la riqueza de cada palabra y la responsabilidad por las emociones que generan. Busco continuamente esas emociones.

–Se pueden intuir aromas compositivos a Fandermole, cepas tonales de Baglietto, reverberancias en la forma de decir y los arreglos musicales de Lacarra, aunque algo más citadinos. ¿Pero qué influencias reconocés vos?

–Me encanta que afloren las influencias, sin duda Baglietto y la trova rosarina fueron el puntapié de lo que ha sido mi carrera. Los nombraría a cada uno en su versión solista también, Fandermole, Goldín, Silvina Garré, Fito ni hablar: fueron lo primero que me trajo hasta este tipo de música.

Sin embargo, no creo que pudiera haber logrado mi estilo sin los compositores cubanos, de la primera, segunda o tercera trova y los que siguen hasta hoy.

Agregaría a los españoles, Sabina y Serrat, Serrano, Pedro Guerra. Serían lo principal y, si bien hay mucho más y de distintas nacionalidades, me reconozco por ahí. 

–¿Qué te inspira a componer? ¿Dónde sentís que sos fecundo?

–Ojalá lo tuviera tan claro, entiendo que pasar tiempo con el instrumento, tocar nuevas canciones, y sobre todo la lectura. Las canciones me cuentan cómo estoy yo en ese momento.

Digo que me cuentan porque voy descubriendo con el tiempo quién era a través de ellas; aunque no hablo siempre de mí, pero como me atraviesan terminan siendo como partes de un rompecabezas. Y a medida que se encastran tienen sentido. Cuando la inspiración llegue, que me encuentre trabajando, decía Picasso. En mi caso, fue, es y será sentado con el instrumento.

–Como artista, ¿Ale Vitas es una persona que busca o un ser que ya ha encontrado?

–He encontrado un montón, pero aún sigo buscando. No sé si es una frase armada, voy valorando mucho más todo lo que he hecho hasta acá. Antes me costaba verlo y darle dimensión, supongo que eran los vicios de la juventud; pero hoy estoy orgulloso de lo que hice, para bien y para mal, no solo con la música, pero en particular con ella.

Toqué con mis referentes. Toco con gente que admiro, grabé canciones que quería grabar de la forma que las quería grabar, recorrí el país, llegué a personas que jamás hubiese imaginado y, sobre todo, me han dado mucho amor, me ha hecho abrazarme a tanta gente hermosa de tantas maneras. Soy un afortunado.

–¿Cómo hacerse un lugar en el mundo de la música, desde la exigencia poética con que asumís el oficio? ¿Qué estrategias te has dado, incluso de difusión?

–En principio he seguido a los que saben. En particular Juan Martín Alfieri ha sido mi nexo con la realidad, no hubiese podido llegar a mucho sin él. Sé lo que quiero decir con las canciones, sé a quién quiero llegar, sé por qué cada nota, cada acorde y cada palabra.  Pero no sé más que eso.

Juan es el que me ordena, me dice que esto lo tenemos que contar de esta manera, esto tiene que ir para este lado, esto merece tal impronta. El privilegio de haber podido contar con él todos estos años es inconmensurable, lo admiro mucho.

Y después la exigencia poética es siempre personal: cuando compongo me estoy hablando a mí dentro de unos años, que va a ser cuando me voy a entender, así que más vale que diga algo interesante.
En el mundo de la música hay de todo y, para mi alegría, también estoy yo ahí.

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