Las identidades, las narrativas y las culturas de nuestra región son las patas del brasero sobre el que se cuece a fuego lento la obra Cuenca. Todo debajo, de sabrosa y reconstituyente receta.
Se trata de una ficción histórica ambientada en una época en que los dueños de las tierras aún no habían dispuesto que el río Uruguay debía ser una frontera. Está inspirada en la vida de la paraguaya Melchora Cuenca (1790-1870), radicada en Concordia, lancera del Ejército de los Pueblos Libres, maestra, curandera, esposa del Gral. José Gervasio Artigas y referente inevitable de su comunidad.
La función será el sábado 3 de agosto a las 19.30, en la Biblioteca Popular Encuentros, ubicada en Los Zorzales y Los Ceibos, en Oro Verde. Luego de la actuación se ofrecerá guiso de lentejas, como excusa para seguir hablando de lo que acaba de ser apreciado. La entrada fue fijada en 6.000 pesos y hay que reservar con tiempo.

El apellido de la mujer rescatada y puesta en valor tiene su acepción hidrográfica. Es oportuna la coincidencia porque en Cuenca. Todo debajo, la escena se constituye en la confluencia de ríos, riachos y lagunas que han ido trayendo voces, rumores e información documentada de una y otra costa a través de una investigación de años, sedimentada luego desde las artes escénicas.
Al principio, fulguró un deseo: Paula Tabachnik en Bariloche y Marta Cot en Concordia querían trabajar juntas, pese a los 1.919 kilómetros de distancia. Cuando, gracias a las tecnologías digitales de la comunicación, los vientos soplaron hacia un mismo cuadrante, comprendieron que el colectivo necesitaba nuevos bríos. La integración de la gestora cultural y teatrista Yanina Porchetto y la música Olga Lucía Salamanca fijó los puntos cardinales del proyecto y, con ellos, su sentido de ubicuidad.

Cuenca. Todo debajo propone un diálogo entre épocas, del que participan la música y los rituales del pueblo charrúa, como el sahumo y la ceremonia del tabaco. Estos recursos, junto a la actuación, construyen el espacio ficcional, activan los sentidos y facilitan el acceso de los espectadores a la dimensión de la historia contada.
Así, mientras se pone en valor el rol de las mujeres y de los pueblos originarios en las luchas por la independencia, se condimenta el menú con referencias a la identidad, la distribución de las tierras, los límites territoriales y la revisión de hechos históricos.

Cuatro mujeres, 154 años después de la muerte de Melchora, meten la cuchara en la historia oficial y la reescriben, con fundamento documental, desde una perspectiva feminista.